ENTREVISTA
A EDUARDO NABAL, AMANTE DEL CINE, CRÍTICO, ESCRITOR Y, SOBRE TODO,
COMPROMETIDO MILITANTE EN LA LUCHA POR LOS DERECHOS LGTB
Hola
Edu. Tú y yo estuvimos militando en la Radical Gay allá por los
90. Aquella experiencia supuso un paso importante en la toma de
conciencia sobre la lucha por los derechos LGTB y un revulsivo
político y estético para el acomodado ambiente del Madrid de aquel
momento. Ahora, tras más de una década de su disolución, otros
grupos retoman sus reivindicaciones. Ahora estás en tu Burgos
natal, y allí la situación es bastante diferente. ¿Cómo ves el
actual estado de cosas en el movimiento LGTB, sobre todo en ciudades
pequeñas?
Bueno el discurso que yo vi allí entonces no tenía
posibilidad de ser asimilado ni siquiera comprendido en una ciudad
como Burgos. Aún hoy en los pocos movimientos que hacen algo por la
causa (que son grupos de mujeres o de izquierdas jóvenes) hay una
extraña reticencia a lo queer, o lo cuir, que fascina pero no se
lleva a las calles ni a las grandes asambleas políticas. Yo lo
llamo la policía del género, que sigue existiendo en muchos
frentes, incluso progresistas. Entiendo que mucha gente no quiera
salir del armario en una pequeña ciudad pero los avances conseguidos
en las nuevas generaciones no han llegado aquí de la misma forma que
a las grandes ciudades y aún en éstas se ven amenazados por el
aumento de la precariedad y la violencia. Algunos grupos toman sus
reivindicaciones pero cuidado no pensemos, como hice yo, que tiene
sentido el discurso Transmaribollo en ciudades de Castilla y León
porque los apoyos, aunque han aumentado, siguen siendo mínimos. Como
mucho hemos conseguido que se nos tome más en serio, que se nos
escuche, que no es poco. Aunque se nos meta a todos en el PAC de lo
LGTB y se invisibiliza a esas “multitudes queer” de las que habla
gente como Gracia Trujillo no podemos negar, que aunque bien
despacio, hemos avanzado. Incluso en Burgos.
Tu
pasión por el cine es muy intensa. Has escrito varios libros sobre
el tema. En uno de ellos, publicado por Egales, “El Marica, la
Bruja y el Armario. Misoginia gay y homofobia femenina en el cine”,
diseccionas varias películas para extraer tanto los estereotipos
como las manifestaciones de rechazo, represión y ocultación del
hecho gay y lésbico. El espejo que el cine ofrece sobre la realidad
LGTB, tanto explícito como oculto ¿es lo que te motivó para
interesarte por él? ¿En qué sueles fijarte o qué te aporta
personalmente el visionado de una película?
Bueno el cine ha sido refugio, caverna platónica,
compañero de viaje… y muchas cosas más. Me fijo en la capacidad
de una película de seducirme, de despegarme del mundo, y en los
mecanismos con los que lo consigue, complejos o no tanto. El cine y
los libros fueron mi válvula de escape. Aunque nadie escapa. Todavía
me duele pensar que podía haber sido también una profesión si el
aula de cine de la UBU no me hubiera puesto de patitas en la calle y
la cultura en general en esta ciudad no estuviera tomada al asalto
por una amenazante mediocridad y un alarmante amiguismo, rozando el
crimen organizado. La cultura en Burgos es peor que un negocio, es
un chiringuito. Hay excepciones pero la oferta no está en lo
institucional. Ni siquiera en lo que se autoproclama “alternativo”.
Pienso que aún hoy la Universidad sigue siendo cantera de políticos
mediocres, oportunistas y gestores sin formación. Espero que eso
cambie algún día.

Háblame de tu último proyecto, “Queer Latino”. Parece que ha
habido problemas en la editorial que iba a distribuirlo.
Yo agradezco que, a pesar de que la editorial fue asaltada a
punta de pistola, los editores de Venezuela, quieran, con todo,
sacar los ensayos de “Queer Latino” para el 17 de Mayo, Día
Internacional contra la LGTBfobia. Nuevas miradas sobre el género,
las construcciones racializadas etc en un lugar como Latinoamérica
(con sus diferencias) donde la leyenda dice que surgió y se está
reinventando “lo cuir”. En el estado Español se ha editado “La
frontera” de Anzaldúa, y llegan cosas como los ensayos de Peralta
o Sayak Valencia, totalmente innovadores. En Venezuela como en
otros países de la zona la violencia y la inseguridad están al
orden del día, aunque, como aquí, los que más roban siguen siendo
los políticos y los banqueros. Lo cuir no se vive igual en el
Mediterráneo que en el Este de Europa pero los enemigos son los
mismos: el heteropatriarcado y las fuerzas del capital a gran
escala. Hay pocas excepciones en cualquier continente, hace falta
una pedagogía pública para que la gente no vote a unos
determinados partidos para que esto cambie de una vez por todas. El
esfuerzo de los editores en el caso de los ensayos de “Queer
latino” no tiene precio. Porque se acaban de jugar la vida.
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